Se trata de un tratamiento estético que consiste en la aplicación de CO₂ (Dióxido de carbono, un gas incoloro). No se considera un procedimiento quirúrgico.

Se aplica a través de inyecciones con CO₂ de forma subcutánea o intradérmica por medio de una aguja fina, es un procedimiento que no duele y posterior a su aplicación, se realiza un masaje ligero en la zona para ayudar a distribuir el CO₂.

Una sesión de carboxiterapia puede durar entre 20 a 60 minutos, dependiendo de la zona y tratamiento a realizar. Es importante platicar con el especialista para que determine cuántas sesiones y con qué frecuencia deberás acudir para ver los resultados esperados.

Comúnmente se aplica en zonas como cara, cuello, brazos, abdomen, piernas y glúteos.

Este procedimiento permite una vasodilatación y una mejora en la circulación de la sangre; al aplicarse CO₂, las células del cuerpo se oxigenan y facilita también la eliminación de toxinas y grasa de la zona. Además ayuda a la producción de serotonina, histaminas y catecolamina.

El efecto de la carboxiterapia es visible casi de inmediato y le da a la piel una apariencia lisa y mucho más tersa.

Es importante que previo al tratamiento, conozcas tu estado de salud general, esta terapia no se recomienda a personas con insuficiencia hepática,problemas respiratorios o cardiacos, diabetes, cáncer, epilepsia, problemas de circulación, mujeres embarazadas o en lactancia.

Posterior a la sesión, probablemente pueda existir una sensación de hormigueo o un dolor mínimo en la zona del tratamiento. Incluso pueden aparecer pequeños hematomas. Para conocer por completo los cuidados posteriores, es importante platicar con el especialista.